Ruta de las Jornadas Reales
1. El Palacio Real era el centro da la actividad cortesana durante las jornadas de Primavera. En el museo de la Vida en Palacio se refleja la vida cotidiana de la familia real en Aranjuez.
2. En la plaza de Armas y el la Parada de Palacio tenían lugar desfiles militares y protocolarias recepciones.
3. La plaza de Parejas debe su nombre a un antiguo juego ecuestre en que parejas de jinetes desfilaban bajo los balcones de los reyes. Hoy acoge la representación escénica del Motín de Aranjuez, durante las ferias de septiembre.
4. El jardín de la Isla fue escenario de fiestas memorables, como la famosa escenificación de La gloria de Niquea, en tiempos de Felipe IV.
5. La enorme casa de Caballeros da idea del gran número de cortesanos que constituían el servicio de la corte barroca durante las jornadas.
6. Junto a la plaza de la Mariblanca, el jardín de Isabel II recuerda a la última reina que visitó asiduamente Aranjuez en primavera.
7. Los Pabellones Reales y el Embarcadero, en el jardín del Príncipe, se utilizaban como punto de partida de los fastuosos paseos en falúa por el río. Una magnífica colección de éstas se conserva en el Real Museo de Falúas.
8. La Real Casa del Labrador esconde un tesoro preciosista de decoración que refleja el mundo galante que rodeaba al futuro Carlos IV, entre petimetres y majas.
9. En el antiguo palacio de Godoy, junto al de los duques de Osuna, se representan los acontecimientos previos al Motín, con el asalto popular a la casa del ministro.
10. El antiguo palacio de la Reina Madre (hoy Centro Cultural Isabel de Farnesio) y el de los duques de Medinaceli son ejemplos de la rigurosa arquitectura de la corte de finales del siglo XVIII en Aranjuez. En la vecina plaza de Abastos es frecuente la instalación de animados mercadillos.
11. La plaza de Toros, construida por Carlos IV, ha celebrado recientemente su bicentenario. Su interior es una joya de arquitectura en madera, en la que se han celebrado festejos desde los tiempos goyescos.
12. El Teatro Real, recientemente recuperado, reunió en Aranjuez “las delicias del campo con los placeres de la ciudad”, según indica la inscripción latina de su fachada. Fue escenario privilegiado de óperas y zarzuelas.